"El Monstruo de la Administración" - Fernando Onega
Aquí os dejo un buen artículo de opinión de Fernando Onega en "La Voz de Galicia" enviado a nuestro mail por parte de una de nuestras más fervientes colaboradoras.
Un saludo a todos!
Iba a titular esta crónica «Zapatero ante el monstruo» y de pronto me he dado cuenta de que la foto del día iba a ser la de Zapatero con Su Santidad el Papa, y me podían excomulgar con toda razón. El presidente se encuentra ante un monstruo, se puso él mismo delante, pero es el monstruo de la Administración pública. Dijo en el Congreso: «Hay que racionalizar las estructuras de la Administración General del Estado». Como anécdota que retrata el ambiente periodístico de este país, lo primero que entendieron informadores y observadores es que estaba anunciando un cambio de ministros. Ignoro qué tienen que ver las estructuras administrativas con los nombres de sus titulares, pero así somos. El propio palacio de La Moncloa tuvo que emplearse a fondo para negar que el presidente anunciase una crisis de gobierno.
Si Zapatero habló en serio y no ha sido una forma de evadirse de la pregunta que le hacía Mariano Rajoy, tenemos derecho a esperar que uno de sus próximos pasos sea acometer esa reforma. ¿Se puede hacer? Claro que sí. Lo que ocurre es que hay que meter el bisturí en un cuerpo de dimensiones casi infinitas. Están los órganos que se sobreponen, se duplican y se triplican en los vericuetos de la burocracia. Están las instancias cuya operatividad es discutible. Están las prebendas creadas para cubrir necesidades de partido y que después se consolidan, porque el partido del relevo también las necesita. Están los ministerios que se quedaron sin competencias en el Estado de las Autonomías y son meros coordinadores. Está todo el embrollo burocrático que complica la vida del ciudadano. Está eso que se hizo tristemente verdad con motivo de la última huelga: los funcionarios cobran poco, pero son demasiados a cobrar. Y está la última evidencia: el monstruo es incontrolable. Lo demuestran los últimos datos de su engorde: mientras el empleo privado cayó en un 12 por ciento, el empleo público creció en cinco puntos.
Si se quiere recortar el gasto y el déficit público; si se quiere modernizar el Estado en todos sus niveles, y si se quiere ofrecer algo útil a la sociedad, me parece que es una tarea tan urgente como la reforma del sistema de pensiones. Es más: si se lograra racionalidad, eficacia y ahorro, a lo mejor no era preciso conmocionar al país con la reforma de las pensiones. Para conseguirlo, Zapatero no tiene más que estudiar dos documentos: el de Administración Única que en su día redactó Manuel Fraga y el proyecto de estructura del Gobierno que le presentó Jordi Sevilla cuando era ministro.
Con esos dos papeles se empieza a desmontar el monstruo. Y no es necesario intentar grandes pactos con sindicatos y empresarios. Solo habría que pactar con el sentido común.
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